A pesar de la previsiones del tiempo, amaneció
soleado y con una temperatura no demasiado fría, nos tocó madrugar, a las 8.30
todos caminito a Salamanca. El sitio estaba alejado de la ciudad, los nervios
típicos y el recuerdo fresco del sufrimiento de Arroyo de La Encomienda ( por
favor tantas cuestas no!). Y las 11.30 pasadas !A CORRER!, dos vueltas ( y un
pensamiento: quién me mandará a mi meterme en estas cosas...) y a por la bici,
el recorrido muy bonito, muy irregular y mucha naturaleza, algún que otro
resbalón y como colofón una caida por falta de fuerzas, al llegar a boxes. Para
completar la última vuelta corriendo tira más el amor propio que las
piernas...y se acabó. Lo mejor: la compañía, los ánimos de la familia ( mención
especial para Noemí, que voceó como la que más), y después esas costillitas a
las brasa y esos croquetones para reponer energias. Sin duda una experiencia
para repetir.
Pero qué frescas se nos ve!
ResponderEliminarA pesar de la previsiones del tiempo, amaneció soleado y con una temperatura no demasiado fría, nos tocó madrugar, a las 8.30 todos caminito a Salamanca. El sitio estaba alejado de la ciudad, los nervios típicos y el recuerdo fresco del sufrimiento de Arroyo de La Encomienda ( por favor tantas cuestas no!). Y las 11.30 pasadas !A CORRER!, dos vueltas ( y un pensamiento: quién me mandará a mi meterme en estas cosas...) y a por la bici, el recorrido muy bonito, muy irregular y mucha naturaleza, algún que otro resbalón y como colofón una caida por falta de fuerzas, al llegar a boxes. Para completar la última vuelta corriendo tira más el amor propio que las piernas...y se acabó. Lo mejor: la compañía, los ánimos de la familia ( mención especial para Noemí, que voceó como la que más), y después esas costillitas a las brasa y esos croquetones para reponer energias. Sin duda una experiencia para repetir.
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